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¿Quién pagará el saneamiento de la infraestructura alemana?

Sabine Kinkartz
15 de abril de 2024

Carreteras, puentes, vías férreas en muy mal estado. Se necesitan muchos miles de millones de euros para la necesaria reforma de la infraestructura alemana, pero las arcas del Estado están vacías.

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Gente mirando la parte dinamitada de un puente.
Parte de un puente en mal estado, dinamitado cerca de Siegen, en el estado federado de Renania del Norte-Wetfalia.Imagen: Bernd Thissen/dpa/picture-alliance

La empresa química BASF, uno de los pesos pesados de la industria en Alemania, cuenta con alrededor de 230 centros de producción y casi 112.000 empleados. Un tercio de ellos trabaja en Ludwigshafen. "Se trata de la planta química más grande del mundo", afirmó el director general Martin Brudermüller.

Pero también es un lugar con problemas. "En 2023, ganamos dinero en todo el mundo, pero en Ludwigshafen tuvimos pérdidas de 1.500 millones de euros”, informó en un evento de la Fundación de Economía de Mercado en Berlín, a mediados de marzo. El aumento de los costes energéticos y la normativa de protección climática traen a esta empresa de cabeza.

La producción se electrificará y la demanda eléctrica se multiplicará por tres o cuatro. "Tenemos que cerrar nuestras muy eficientes centrales eléctricas de gas en Ludwigshafen", se quejó Brudermüller, quien tiene que buscar alternativas: "Si me veo obligado, también construiré centrales eólicas en el Mar del Norte".

Y es que aunque ya hay un parque eólico frente a la costa holandesa, los operadores de redes eléctricas alemanes duplicaron sus precios por el uso de las líneas eléctricas. La última vez fue en enero de 2024. Ahora, cuesta más enviar electricidad a Ludwigshafen que producirla en el Mar del Norte.

Costes de la transición energética

A su vez, los operadores de redes eléctricas necesitan dinero para ampliar la infraestructura energética: por ahora, unos 14.000 kilómetros de nuevos tendidos de alta tensión. Las subvenciones previstas por el Gobierno federal, por valor de miles de millones, fueron canceladas después de que el Tribunal Constitucional Alemán declarara parcialmente inconstitucional la gestión presupuestaria del actual Gobierno federal.

Esto significa que el Gobierno debe ahorrar dinero y, por otro lado, posiblemente pedir a los consumidores y a las empresas que contribuyan más. No sólo el director general de BASF se muestra escéptico al respecto. Brudermüller redactó, junto con los miembros de la junta directiva de Deutsche Telekom y del gigante energético E.on, una carta en la que los tres altos directivos dan la voz de alarma y exigen que los costes de la transición energética se financien de otra manera.

La infraestructura, cuestión de supervivencia

También el resto de la infraestructura en Alemania provoca quejas de las directivas empresariales: es, en muchos casos, "insuficiente" y se está convirtiendo en un "impedimento para el crecimiento", advierten.

La competitividad internacional de Alemania se basa desde hace décadas en una infraestructura muy bien desarrollada, fiable, sobre todo, en los sectores energéticos, de transporte y telecomunicaciones. Este factor competitivo amenaza, desde hace años, con convertirse en lo contrario.

"La infraestructura es una cuestión de supervivencia", dijo Brudermüller, quien habló de carreteras y autopistas en mal estado, puentes y vías fluviales en ruinas, una red ferroviaria impuntual y poco confiable, la falta de líneas eléctricas, la lenta expansión de la fibra óptica y una digitalización inadecuada de la administración pública. Si esto no cambia, "no vendrán más empresas a Alemania", previó.

Trabajadores tendiendo cables eléctricos.
Tendido de miles de kilómetros de cables eléctricos bajo tierra. Aunque sería más barato, en Alemania hubo protestas contra el tendido de líneas eléctricas visibles.Imagen: Carsten Rehder/dpa/picture alliance

Infraestructura en ruinas

El Gobierno federal escucha las críticas. Volker Wissing, del Partido Liberaldemócrata (FDP) y ministro de Asuntos Digitales y Transportes, cree que en Alemania hay necesidad de realizar reformas profundas: en primer lugar, de las vías de ferrocarril, autopistas y autovías. Hay 4.500 puentes de autopistas tan deteriorados que algunos hay que demolerlos y construirlos de nuevo.

La subvención del Gobierno federal para la reconstrucción de 4.000 kilómetros de vías ferroviarias ascenderá a unos 27 mil millones de euros hasta 2027. De hecho, ya se sabe que este presupuesto no es suficiente.

El problema es que ni el Gobierno central, ni los regionales, ni los locales pueden subvencionar la modernización y la transición. Sobre todo porque el freno de la deuda previsto en la Ley Fundamental estipula que el Estado sólo puede gastar el presupuesto que ingresa.

Ayuda privada

El ministro Wissing cree que la sociedad alemana es muy rica y, por ello, "tenemos que movilizar capital privado", creando un fondo de infraestructuras valorado en miles de millones, en el que se puedan reunir y agrupar recursos financieros durante varios años.

Wissing concentra su visión en la infraestructura de transporte. Pero el líder del FDP y ministro de Finanzas, Christian Lindner, va más allá, recordando que las compañías de seguros gestionan enormes sumas de dinero de sus clientes. "Movilizar este dinero, por ejemplo, para ampliar las redes eléctricas y ampliar las redes de hidrógeno, vale todo el esfuerzo", dijo a la televisora pública alemana ARD.

¿Infraestructura financiada con deuda?

En cambio, el Partido Socialdemocráta (SPD) y Los Verdes, que gobiernan el país en coalición con los liberales, preferirían reformar el freno de la deuda y financiar las inversiones en infraestructuras mediante préstamos. Esta idea cuenta con el apoyo de algunos economistas.

Michael Hüther, director del Instituto Económico Alemán, propone crear un fondo especial de 500 mil millones de euros para infraestructuras y transición. El modelo debería ser como el fondo especial para el Ejército alemán, para el cual el Estado tomó 100 mil millones de euros en préstamos y que fue incluido en la Ley Fundamental con una mayoría de dos tercios. Al estar anclado allí, tiene el mismo estatus constitucional que el freno de la deuda.

(rmr/rml)